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Wednesday, April 30, 2014

El lenguaje corporal en una entrevista de trabajo




En una entrevista de trabajo hay que ser muy consciente de los mensajes que emitimos con el cuerpo, ya que a veces es determinante para obtener el trabajo.
 En una entrevista de trabajo todo lo que digas tiene que ser coherente con el lenguaje corporal. Desde que se establece el primer contacto visual, el lenguaje corporal transmite mucho más de lo que transmiten las palabras como vimos en el artículo La Comunicación no Verbal y la primera impresión
Estos son algunos aspectos que hay que tener presentes siempre que estés en una entrevista:
1.- Postura. La postura dice mucho en una entrevista. Si te inclinas hacia atrás, el mensaje que puedes transmitir es que eres irresponsable o tímido, incluso que puedes tener miedo, si te inclinas mucho hacia adelante puedes dar la sensación de agresividad. La clave es mantener la postura correcta con espalda recta con los hombros cuadrados. Es muy importante que te sientas cómodo en la posición que estés.
2. Contacto visual. Cuando estás siendo entrevistado es de vital importancia mantener el contacto visual, sobre todo en las preguntas en las que se intenta profundizar el cualquier aspecto de tu persona, ya que esto indicas que estás diciendo la verdad y que se puede confiar en tí. Romper el contacto visual puede indicar que estás distraído, que no tienes interés, o incluso que no eres una persona  completamente honesta. Recuerda parpadear y asentir con la cabeza cada vez que sea necesario, esto indicará que estás en escucha activa e interesada en lo que te dicen.
 3. Movimientos de mano. Deja que tus manos descansen juntas bien en el regazo o sobre la mesa. Tener tus manos en cualquier lugar por encima del cuello transmite nerviosismo y ansiedad. Jugar con el pelo o tocarse la nariz o los labios transmite sensaciones negativas en la entrevista. Cuanto menos muevas los brazos y las manos, la sensación que transmites es de control y seguridad.
4. Las piernas. El espacio para las piernas que ocupas en una entrevista da pistas sobre su estado mental. Además de ser una distracción, un movimiento de la pierna involuntaria continua podría indica una falta de confianza. Evita cruzar las piernas, si estás de pie las piernas abiertas a la anchura de los hombros y una pierna ligeramente adelantada respecto de la otra da imagen de seguridad y confianza. Si estás sentado tampoco cruces las piernas, siéntate en una postura relajada pero con la espalda recta y cuando lo requiera la ocasión adelántate levemente para indicar interés en lo que te están diciendo.
 5. Las expresiones faciales. Las expresiones faciales tienen una fuerte influencia en el resultado de una entrevista de trabajo. Una sonrisa sincera y sobre la marcha de las diferentes fases de las entrevistas, y gestos serios en el momento adecuado son indicadores no verbales muy poderosos. Las expresiones faciales se funden en un nivel subconsciente en el cerebro y la mayoría de ellos son automáticas e involuntarias, por lo que el lenguaje corporal especialmente los gestos faciales se dan a un nivel subconsciente y suceden en muy pocos segundos por lo que hay que estar atentos a  los mensajes que puedes transmitir con estos gestos.
El lenguaje corporal adecuado puede ser un elemento decisivo durante una entrevista de trabajo. En la medida en la que seas más consciente de la cantidad de información que transmites con tu cuerpo, mejor vas a poder manejar estas situaciones.

Guillermo Rospigliosi
www.exitopersonal.net
Fuente: El lenguaje corporal en una entrevista de trabajo


Sunday, April 27, 2014

Depresión: El Hambre Oculta

La psiquiatría describe la depresión como un trastorno caracterizado por una serie de síntomas: p.ej., tristeza, disminución del interés o la capacidad de placer, pérdida de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, pensamientos de muerte, etc. Muy bien. Pero ¿cuál es su origen? ¿Cómo llega una persona a un estado duradero -o incluso crónico- de depresión. Para saberlo, es indispensable conocer la vida de la persona en los últimos años e incluso remontarse a su infancia si es necesario.

Sabemos que,  que el cuerpo necesita aire y comida, el alimento del corazón es el amor. Ya el psicólogo americano René Spitz, observando hospitales y orfanatos, demostró que los bebés privados de sus madres al principio lloran, gritan y se angustian. Más tarde aparece la resignación, la tristeza, la negativa a comer. Y si la ausencia de la madre dura aún más, si nadie suple afectivamente a la madre, entonces llega la interrupción del lenguaje y del desarrollo físico, la regresión generalizada, la disminución de la resistencia a las enfermedades. Es la depresión analítica. Y muchos mueren finalmente.

Así de importante es el amor en el desarrollo humano.
Por eso, en mi opinión, la depresión, o la tendencia a deprimirse, es la mayoría de las veces el resultado de un vacío, un "hambre emocional" largamente acumulada durante años. Luego puede haber detonantes (p.ej, ruinas económicas, fracasos amorosos, muertes de seres queridos, etc.). Y hay también tipos de personalidad que ayudan (p.ej., personas muy bloqueadas emocionalmente, o llenas de ira, o muy solitarias o insatisfechas con la vida que llevan, etc.). Pero el hambre insoportable, sobre todo cuando ésta ya es muy antigua, es la que finalmente "derrumba" nuestro psiquismo.
Un problema del deprimido es que, para no sufrir aún más, tiende a negarlo todo. Necesita "olvidar" la mayoría de sus insatisfacciones secretas... comenzando por sus propios padres. No quiere ver que quizá nunca lo quisieron demasiado, ni su cónyuge lo quiere demasiado, ni sus hijos lo quieren demasiado, ni sus amigos (si los tiene) son tan buenos como imagina... ¡Y ni siquiera su psicólogo/a es muy comprensivo/a! De modo que si, ni el deprimido ni quienes le rodean han captado su hambre emocional, ¿cómo atinarán a "alimentarlo" con lo que verdaderamente necesita?

"La depresión o el arte de embaucarse", afirmó Alice Miller. El deprimido es, en efecto, como todo neurótico, un gran mentiroso. Se engaña a sí mismo y a los demás, y éstos comparten sin dudarlo todas sus mentiras. Mentiras para no sufrir aún más, no lo olvidemos. Por eso, en mi opinión, la única terapia posible para la persona deprimida es acogerla y alentarla a expresarse. Ayudarla a descargar sus más íntimas emociones... esas que jamás compartió con nadie.  No es fácil, pues también es cierto que la depresión, como todo síntoma neurótico, tiene sus secretos "beneficios" (p.ej., gracias a ella el deprimido obtiene atención, cuidado, cariño.... todo aquello que no suele lograr de otras formas). Pero también sufre muchos rechazos inconscientes, como, p.ej.,  siempre que se le dicen tonterías como "¡Anímate!", "¡No es para tanto!", "¡Tienes que salir más!", etc. Esto le hace sentirse profundamente incomprendido y le ayuda a cronificar el síntoma.

Sólo, en fin, cuando un terapeuta afectuoso es capaz de transmitir empatía y confianza al deprimido, éste se atreverá a ir saliendo poco a poco de su "caparazón" emocional. Requiere tiempo y paciencia y los resultados, según cada caso, quizá no sean milagrosos. Pero sí pueden ser mucho más saludables  y felices que antes.
Olga Pujadas Armengol 
Olga Pujadas. Psicoterapeuta.